2014-02-24
¿Pereza, poco Inglés o Wikipedia? Por qué la Comunidad Hispana no Entiende la Complejidad Irreductible —Daniel Alonso
El Jueguito de la Evolución Génica —Casey Luskin
Para ver la parte 2 (sección anterior) de esta serie sobre la evolución de los genes, escrita por Casey Luskin, haz Click Aquí
Advertencia: este artículo está escrito en una forma irónica.
Advertencia: este artículo está escrito en una forma irónica.
El Jueguito de la
Evolución Génica es un juego muy fácil de jugar. En tres ejemplos, hemos de
desarrollar tres reglas que le podrán ayudar a explicar el origen de cualquier
gen nuevo. ¡Sí! ¡Cualquier gen! Comencemos con un ejemplo fácil:
Regla 1: La Varita
Mágica de la Duplicación Génica.
¿De dónde provienen los genes nuevos? La duplicación
génica es el proceso que típicamente usamos para explicar de donde surgen los
genes novedosos. Aquí se expone como trabaja la misma, en 4 pasos simples:
(1) Considere un gen que haya observado en algún
organismo. Lo llamaremos Gen B.
(2) Encuentre otro gen similar al Gen B. Lo llamaremos
Gen A.
(3) Afirme que, en algún momento del pasado, el Gen A se
duplicó de tal manera que llegó a haber dos copias del Gen A.
(4) Luego diga que uno de los duplicados del Gen A
evolucionó hasta convertirse en el Gen B.
De allí que la duplicación génica es una explicación muy
poderosa, y se ve como algo parecido a
esto:
¿No es fácil acaso? ¡Solamente hemos explicado cómo
evolucionó el Gen B! Así que, cuando usted encuentre dos genes con alta similitud
de secuencia, lo único que va a necesitar para explicar cómo uno evolucionó de
otro es la varita mágica de la duplicación génica.
El NCSE afirma: “La duplicación de genes es un evento
bastante común, y es el resultado de pequeños errores en el proceso de división
celular. Una vez que un gen se duplica es posible que una copia experimente
mutación y se añada información sin poner en riesgo el funcionamiento del gen
de pre-existente." Eso es todo lo
que usted necesita saber —cuando invoca al poder de la duplicación, no
necesita preocuparse acerca de si realmente existe algún camino evolutivo
funcional a seguir para el gen duplicado, ya que, si o si, adquiere alguna función nueva. En otras palabras, usted no tiene que
preocuparse acerca de cómo emerge la información genética funcional nueva debido
a que "la duplicación de genes" explicará todo lo que vale la pena
explicar. Es fácil conseguir
información genética adicional en el sentido teórico de Shannon [por
información de Shannon, véase el artículo anterior], y eso es todo lo que importa.
Regla 2: No se
preocupe, ¡La selección natural se encargará de todo!
Ahora bien, es obvio que el Gen B no se parece
perfectamente al Gen A (de lo contrario sería Gen A). Así que ahora nos queda
dar cuenta de cómo una copia del gen A adquirió su nueva función —la función B.
Un principiante en este fantástico juego podría pensar que esta es la parte clave
y más difícil de explicar, pues se trata de cómo surge la información genética
funcional nueva. Pero lo crea o no, este
realmente es el aspecto más fácil y más rápido de esta pieza de
entretenimiento: solo debemos invocar al poder de la "selección
natural" y ¡el problema está resuelto! Este diagrama muestra exactamente
cómo lo hacemos:
Una aspecto muy importante del Jueguito de la Evolución Génica es que la selección natural puede
transformar (o no transformar, dependiendo de lo usted que desea) casi
cualquier cosa. Y me refiero a cualquier
cosa.
No se preocupe por los detalles. Si quiere dar cuenta de
las diferencias entre el Gen B y Gen A, la selección natural siempre estará la
altura del desafío. No se preocupe si el Gen A’ necesita evolucionar de la
función A’ hacia la B por pequeños pasos secuenciales de adaptación. No se
preocupe por el orden en el que son cambiados los aminoácidos, o si se
requirieron muchas mutaciones para obtener la ventaja funcional (de todos modos
es muy poco probable de todo esto ocurra, así que simplemente ignórelo). No se
preocupe por las restricciones o limitaciones de adaptación, selección débil, o
pérdida de información debido a la deriva génica. Y, sobre todo,
definitivamente no haga ningún cálculo para determinar la probabilidad de que
todos los cambios hayan podido ocurrir en un período de tiempo razonable.
Sabemos que el gen tiene
que haber evolucionado, y por lo tanto, ha evolucionado. De allí que, usted
puede considerar a la selección natural como otra varita mágica. Podrá ser
utilizada siempre que desee explicar cómo un gen se ha transformado o
evolucionado para adquirir una función nueva.
Esta varita es una herramienta muy poderosa —puede explicar por qué algunas cosas se
transforman, y por qué otras siguen permaneciendo igual. ¡¿No es
sorprendente?! [1]
Regla 3: La Varita
Mágica del Reordenamiento.
Para jugar al Jueguito
de la Evolución Génica a usted todavía le resta conocer una última y no
menos importante regla. En algunas ocasiones simplemente el Gen B no será
similar al Gen A. Otras veces parte del Gen B lucirá similar al Gen A, mientras
que otra parte será más parecida a otro gen. Denominaremos a este último como
el Gen Z. No se preocupe — ¡explicar esto es pan comido! Comenzaremos invocando
a la duplicación: Imagine que tanto el Gen A como el Gen Z sufren una
duplicación, y luego ambas copias son repentinamente transportadas a lo largo
del genoma tal que pasan a localizarse en otro cromosoma distinto al que se
encontraban al comienzo. Este fenómeno se denomina “reordenamiento”. Si suena
un poco complicado, elaboraremos un diagrama a fin de mostrar como sucede.
Paso 1: El Gen A y el Gen Z se encuentran cada uno en
sitios diferentes, tal vez incluso en cromosomas diferentes:
Un proceso especial conocido como "reordenamiento"
de repente reorganiza y transporta tanto
al Gen A como al Gen Z para que terminen por encontrarse uno al lado del otro
en algún otro sitio del el genoma. El reordenamiento es una varita mágica poderosa
cuya habilidad se puede invocar para explicar cómo dos tramos de ADN, que
inicialmente estaban muy alejados, de repente terminan uno cerca de otro. A continuación, se podrá formar un nuevo gen
funcional:
Existen toda una gama de procesos de reordenamiento que
usted puede invocar —inserciones,
deleciones, inversiones, translocaciones — y puede hacerlo prácticamente en cualquier
orden y en cualquier cantidad que desee, a fin de explicar cómo se obtiene
cualquiera de los dos, o tres, o incluso decenas de piezas de ADN que provienen
de todo el genoma para terminar uno justo al lado del otro de manera que puedan
unirse, para que usted tenga su gen
funcional nuevo. Simplemente mezcle y combine estos tipos de
reordenamientos según le parezca necesario, para que pueda crear virtualmente
cualquier secuencia de ADN que desee —el reordenamiento siempre estará a la
altura del desafío.
Desde ahí, todo es cuesta abajo. La selección natural
puede perfeccionar el gen reordenado para que sea funcional. No es necesario
hacer demostraciones detalladas para que esto se considere realmente así. Solo con polvorear un poco de selección
natural sobre el Gen A y el Gen Z se podrá mágicamente combinar sus funciones y
hacerlos evolucionar hacia el Gen B. Con esto completamos nuestra explicación
de todo lo que necesitamos saber:
El uso de las tres varitas mágicas —duplicación, reordenamiento,
y selección natural— puede proporcionar
una explicación exhaustiva, completa y detallada de la evolución de
prácticamente cualquier gen.
¿No existe un
ancestro identificable? ¡No hay problema!
En primer lugar, habrá casos en los que su gen (es decir,
el Gen B) sólo tendrá un homólogo conocido, y de una especie completamente
diferente. ¿Cómo es que el Gen B se transportó a otro organismo? En estos
casos, simplemente invoque el poder de la transferencia
horizontal de genes [2] a fin de pegar
el gen correcto en tal organismo.
En segundo lugar, habrá veces en las que parte de su gen
no se parecerá a ninguna secuencia que pueda hallarse en otro gen conocido.
Algunas personas podrían preguntarse: "¿De dónde provino este gen? No reniegue por ello. ¿Recuerda lo que
dijimos acerca de la selección natural? Esta puede transformar lo que sea. De
manera que si usted no puede encontrar ningún otro gen similar, simplemente
asuma que su secuencia de ADN ha
evolucionado tanto por la acción de la selección natural que simplemente no
se parece a la secuencia ancestral. Pero no se preocupe, nunca, pero nunca se tratara de un caso en el que dirá que no es la
secuencia ancestral. Lo que sucede es que la habilidad poderosa de la
selección natural cambió tanto al gen que no podemos identificar ninguna
secuencia ancestral posible. [3]
Algunos consejos
sobre qué “hacer” y que “no hacer” en el Jueguito
de la Evolución Génica.
Antes de ir más lejos, pongo aquí un recordatorio de
algunas de las preguntas que usted NO necesita
hacer:
• Teniendo en cuenta los efectos y tasas de mutaciones, ¿cuáles
eran las probabilidades de que el Gen A y el Gen Z sean reordenados de repente uno
al lado de otro de modo que ahora puedan funcionar juntos como un solo gen, el gen B?
• ¿El gen reordenado B, comienza siendo funcional? Si no,
¿Cómo podría rápidamente ganar función? ¿Cómo es que fue preservado y no
eliminado, hasta que se hizo funcional?
• ¿Son las proteínas realmente tan maleables como se da
por sentado de forma indirecta en esta historia, o será que el nuevo producto
génico encontrará problemas de plegamiento u otros problemas contextuales?
• ¿Cuál fue la vía evolutiva (mutaciones) que hizo evolucionar
al Gen A y al Gen Z en un nuevo gen, el Gen B?
• ¿Qué ventajas selectivas se obtuvieron en cada pequeño
paso de esta vía evolutiva?
• ¿Se han requerido grandes saltos (es decir, múltiples
mutaciones específicas) a fin de obtener una ventaja selectiva a lo largo del
camino evolutivo? ¿Tales "grandes saltos " son probables de que
ocurran?
• ¿Puede suceder todo esto en un periodo de tiempo
razonable?
Usted no debe
preocuparse por contestar estas preguntas. De hecho, lo crea o no, ¡ni siquiera
necesita saber la función que cumple su gen para reclamar que evolucionó a
partir de A y Z! Todo lo que necesitas saber es que existen los Genes A, Z y B. Un resumen de estas 3 reglas simples del Jueguito de la Evolución Génica le
ayudará a explicar cualquier cosa:
Regla 1 del Jueguito
de la Evolución Génica: Cada vez que encuentre homología de secuencia entre
dos genes, simplemente sugiera un evento de duplicación de algún gen ancestral
hipotético; así ya puede explicar cómo dos genes diferentes llegaron a
compartir similitudes.
Regla 2 del Jueguito
de la Evolución Génica: Cuando tenga que explicar cómo un gen adquirió
alguna nueva función, o evolucionó diferencias a partir de otro gen,
simplemente invoque el poder de la varita mágica de la selección natural. No
hay necesidad de demostrar que hay algún beneficio para el nuevo gen, o que
existe un camino gradual a la adaptación. Ah, y recuerde, la selección natural
es especialmente útil cuando parte del gen parece único y sin homólogos
conocidos —ya que la selección natural puede transformar cualquier cosa, sólo concluya
que la selección natural cambió su gen lo suficiente que ya no se parece a su
antecesor.
Regla 3 del Jueguito
de la Evolución Génica: Cuando un gen parece estar compuesto por las partes
de varios genes, simplemente sugiera duplicaciones y reordenamientos de todas
las secuencias de ADN que necesite, se encuentren donde se encuentren, para que
puedan llegar todas juntas al lugar correcto. Si necesita borrar partes de un
gen, o invertir, o desplazarlo a una nueva ubicación, solo haga distintos tipos
de reordenamientos con la frecuencia y la intención que usted desee, y ¡Bingo! ¡Usted
tiene su gen nuevo!
Ah, y recuerde, no haga preguntas difíciles como las que pusimos punto por punto arriba.
Sólo válgase de estas tres reglas y podrá explicar prácticamente cualquier cosa.
¡No se necesita de detalles!
Para ver la parte 4 (sección siguiente) de esta serie sobre la evolución de los genes, escrita por Casey Luskin, haz Click Aquí
Para ver la parte 4 (sección siguiente) de esta serie sobre la evolución de los genes, escrita por Casey Luskin, haz Click Aquí
Autor: Casey Luskin. Es abogado, con estudios de postgrado en ciencia y leyes. Obtuvo su B.S. y M.S. en Ciencias de la Tierra de la Universidad de California en San Diego. Su Licenciatura en Derecho la obtuvo en la misma universidad. Trabaja en el Discovery Institute como Coordinador del Center for Science and Culture. Anteriormente, realizó una investigación geológica en la Scripps Institution for Oceanography (1997-2002).
Traducción: Daniel Alonso. Estudia Licenciatura Ciencias Biológicas en UNT (Universidad Nacional de Tucumán), Argentina.
REFERENCIAS:
[1] Esta
es la posición que toma Harmit S. Malik and Steven Henikoff, "Adaptive
Evolution of Cid, a Centromere-Specific Histone in Drosophila," Genetics,
Vol. 157:1293--1298 (March 2001)
[2] Véase
por ejemplo Ulfar Bergthorsson, Keith L. Adams, Brendan Thomason, and
Jeffrey D. Palmer, "Widespread horizontal transfer of mitochondrial genes
in flowering plants," Nature, Vol. 424:197-201 (10 de Julio
del 2003). Véase también Mark A. Ragan and Robert G. Beiko,
"Lateral genetic transfer: open issues," Philosophical
Transactions of the Royal Society B, Vol. 364:2241-2251 (2009)
[3] Esta
posición fue tomada por Matthew E. Johnson, Luigi Viggiano, Jeffrey A. Bailey,
Munah Abdul-Rauf, Graham Goodwin, Mariano Rocchi & Evan E. Eichler,
"Positive selection of a gene family during the emergence of humans and
African apes," Nature, Vol. 413:514-519 (October 4, 2001).
2014-02-21
¿Mecanismos Evolutivos a Partir de Comparación de Secuencias? —Casey Luskin
Para ver la parte 1 de esta serie sobre la evolución de los genes, escrita por Casey Luskin, haz Click Aquí.
Buscando a Darwin en los lugares incorrectos.
A través de apelaciones vagas a mecanismos como la "duplicación génica", el "re-ordenamiento", y la "selección natural", los defensores de la evolución neo-Darwiniana tratan de esconder el hecho de que en realidad carecen de explicaciones para el origen de la información genética funcional. Estos mecanismos suelen inferirse a partir de pruebas circunstanciales, por ejemplo, las similitudes y las diferencias entre las secuencias de los genes, en donde previamente se ha asumido una historia evolutiva. Más importante todavía, es el hecho de que los cálculos que a menudo son referenciados por esos mecanismos casi nunca evalúan la probabilidad de ocurrencia de las mutaciones que producen los cambios genéticos en cuestión. En este sentido, se debe tener precaución cuando se checkean los datos que resultan de cálculos evolutivos del origen de un gen.
Un
artículo de PNAS publicado en 2007 por el biólogo evolutivo Michael Lynch va
directo al corazón de la cuestión. Lynch elabora una lista de mitos promovidos
por los biólogos, y él mismo llega a considerar un "mito" creer que la
"Caracterización de las diferencias interespecíficas en los niveles
moleculares y/o celulares es equivalente a la identificación de mecanismos evolutivos."
[1]
Por
supuesto, uno de los "mecanismos evolutivos" citados es la selección
natural, a la que comúnmente se recurre para explicar cómo un gen duplicado
adquiere una función nueva. Pero, ¿qué tipo de pruebas son suficientes para
demostrar que ha ocurrido una selección positiva, es decir, aquella selección
natural que actúa para preservar las mutaciones adaptativas? El Biólogo Austin
L. Hughes advierte que la mayoría de las inferencias de selección positiva se encuentran
basadas en análisis estadísticos cuestionables de los genes:
Un obstáculo importante para el avance ha sido la confusión sobre el papel de la selección (darwiniana) positiva, o sea, la selección natural que favorece las mutaciones adaptativas. En particular, han surgido problemas por la utilización generalizada de ciertos métodos estadísticos deficientemente concebidos para poner a prueba la selección positiva. Cada año se publican miles de artículos que sugieren evidencia de evolución adaptativa, basados solamente de análisis computacional, sin evidencia alguna en cuanto a los efectos fenotípicos de estas supuestas mutaciones adaptativas. [...] Contrariamente a la impresión generalizada, la selección natural no deja ninguna firma “inequívoca '' en el genoma; ninguna que sea detectable después de decenas o cientos de millones de años. Para aquellos biólogos que han sido formados bajo el pensamiento neo-darwiniano, es prácticamente axiomático que cualquier cambio adaptativo haya sido fijado como resultado de la selección natural. Pero es importante recordar que la realidad puede ser más complicada que los escenarios simplistas que a menudo se sugieren en los libros de texto. [...] En los últimos años la literatura evolutiva se ha llenado de afirmaciones extravagantes de selección positiva sobre la base sola de análisis computacional... Todo este ruido pseudo-Darwiniano ha sido realmente perjudicial para la credibilidad de la biología evolutiva como ciencia. [2]
Resumiendo,
los biólogos evolutivos comúnmente asumen que las mutaciones que cambian la
secuencia de las proteínas se han fijado por la selección natural, pero esta
hipótesis puede no ser cierta, ya que muchas de estas mutaciones son neutrales
y no confieren ventaja selectiva.
El
bioquímico Michael Behe ofrece otra razón para no inferir mecanismos
neo-darwinianos basándose meramente en la evidencia de la similitud de
secuencia:
Aunque es útil para la determinación del linaje o la descendencia... el solo comparar secuencias no puede demostrar cómo es que un sistema bioquímico complejo alcanza su función —la pregunta que más nos interesa en este libro. Por analogía, los manuales de instrucciones de dos modelos diferentes de ordenador puestos por la misma empresa pueden tener muchas palabras idénticas, frases e incluso párrafos, lo que sugiere una ascendencia común (quizás el mismo autor escribió ambos manuales), pero el hecho de comparar las secuencias de letras en los manuales de instrucciones nunca nos dirá si un equipo puede ser fabricado paso a paso a partir de una máquina de escribir. […] Al igual que los que analizan las secuencias, creo que la evidencia apoya fuertemente una ascendencia común. Pero la pregunta raíz sigue sin respuesta: ¿Qué fenómeno hace que se formen los sistemas complejos? [3]
Los
Darwinistas modernos dan relevancia a la evidencia de ancestria común y
erróneamente asumen que se trata de evidencia del poder de las mutaciones
aleatorias [4].
Muchos
artículos científicos que supuestamente demuestran la evolución de la
"información genética" no hacen más que identificar las similitudes
moleculares y las diferencias entre los genes existentes y luego contar una
historia evolutiva que implique duplicación, reordenamiento, y posterior
divergencia de los mismos, sobre la base de apelaciones vagas a una supuesta
"selección positiva". Pero nunca se explica exactamente cómo surgió
el gen. En lo que particularmente refiere a la cuestión de si las mutaciones azarosas
y selección natural no guiada son suficientes como para producir aquellos
cambios genéticos importantes, nunca se hace referencia de esto en los trabajos
científicos [5]. Estas publicaciones juegan el Jueguito de la Evolución Génica, un juego fácil de jugar, como
veremos en la próxima sección.
Para ver la parte 3 de esta serie sobre la evolución de los genes, escrita por Casey Luskin, haz Click Aquí.
Autor: Casey Luskin. Es abogado, con estudios de postgrado en ciencia y leyes. Obtuvo su B.S. y M.S. en Ciencias de la Tierra de la Universidad de California en San Diego. Su Licenciatura en Derecho la obtuvo en la misma universidad. Trabaja en el Discovery Institute como Coordinador del Center for Science and Culture. Anteriormente, realizó una investigación geológica en la Scripps Institution for Oceanography (1997-2002).
Traducción: Daniel Alonso. Estudia Licenciatura Ciencias Biológicas en UNT (Universidad Nacional de Tucumán), Argentina.
REFERENCIAS:
[1] Michael Lynch, "The frailty of
adaptive hypotheses for the origins of organismal complexity," Proceedings
of the National Academy of Sciences, Vol. 104:8597—8604 (15 de Mayo, 2007).
[2] Austin L. Hughes, "The origin of
adaptive phenotypes," Proceedings of the National Academy of
Sciences USA, Vol. 105(36):13193--13194 (Sept. 9, 2008) (Las citas internas
se han removido).
[3] Michael J. Behe, Darwin's Black
Box: The Biochemical Challenge to Evolution, pgs. 175-176 (Free Press,
1996).
[4] Michael J. Behe, The Edge of
Evolution: The Search for the Limits of Darwinism, pg. 95 (Free Press,
2007).
[5] Véase por ejemplo, "Limits on
Evolution" en http://ncseweb.org/creationism/analysis/extrapolations
2014-02-18
A qué nos referimos cuando hablamos de "Información"—Casey Luskin
La definición de información
El NCSE
define a “información” como se definiría a la "información de
Shannon," lo que significa mera complejidad. En el marco de tal
definición, un tramo ilegible y sin función de ADN podría tener la
misma cantidad de "información" que un gen totalmente funcional con
la misma longitud de secuencia. Por ejemplo, siguiendo la teoría de información
de Shannon, que según el NCSE es "el sentido que los teóricos de la
información le dan a ‘información’", las dos secuencias siguientes
tendrían cantidades idénticas de información:
Secuencia A: LAINFORMACIONDESHANONESUNAMEDIDADEINFORMACIONBIOLOGICA
Secuencia
B: HGIAAEJIJUCCCUDKGDIUENVCDLIFNNENHFLDKDNFNUNSMDINKJEEMN
Tanto la secuencia
A como la B se componen de 54 caracteres, y cada una tiene exactamente la misma
cantidad de información de Shannon —aproximadamente 254 bits [1]. Sin embargo
solo la secuencia A transmite información funcional, mientras que la B fue
producida por un generador de caracteres al azar. [2] Por razones obvias, la
complejidad Shannon ha sido criticada durante mucho tiempo por ser una medida
inapropiada de información biológica funcional. Después de todo, la información
biológica esta precisamente afinada para realizar una función biológica
específica, razón por la que no puede consistir en una secuencia aleatoria. Una
medición adecuada de la información biológica debe tener en cuenta la función
de la información, y la información de Shannon no tiene en cuenta la función.
Algunos
expertos en el tema reconocen este punto. En 2003, el Premio Nobel Jack Szostak,
quien investiga el origen de la vida, escribía en un review en Nature que el
problema con la "teoría de la información clásica" es que "no
considera el significado de un mensaje" y en lugar de ello define la información
"como simplemente una secuencia necesaria de especificar, almacenar o
transmitir" [3]. Según Szostak, "se requiere una nueva medida de la
información —información funcional— "a fin de darle relevancia a la capacidad
que tiene la secuencia de una proteína determinada de realizar una función
determinada. Del mismo modo se observa en un paper en la revista Theoretical
Biology and Medical Modelling:
Ni la RSC [Complejidad de una Secuencia generada Aleatoriamente] ni la OSC [Complejidad de una Secuencia generada de forma Ordenada], o cualquier combinación de los dos, es suficiente para describir la complejidad funcional observada en los organismos vivos, porque no incluye la dimensión adicional de funcionalidad, que es esencial para vida. La FSC [Complejidad de una Secuencia Funcional] incluye la dimensión de funcionalidad. Szostac arguye que ni la medida de la incertidumbre de Shannon ni la medida de la complejidad algorítmica son suficientes. La teória clásica de Shannon sobre la información no considera el significado, o función, de un mensaje. La complejidad algorítmica no tiene en cuenta la observación de que "diferentes estructuras moleculares pueden ser funcionalmente equivalentes." Por esta razón, Szostak sugiere que se requiere una nueva medida de la información —información funcional. [4]
En 2007 Szostak publicó un Paper de PNAS junto a Robert Hazen y otros
científicos promoviendo ese tipo de argumentos. Manifestaron su desacuerdo con
los que insisten en la medición de la complejidad biológica utilizando las
herramientas anticuadas de la teoría de Shannon: "Una medida de
complejidad es de poca utilidad a menos que su marco conceptual y poder
predictivo traigan como resultado un conocimiento más profundo del
comportamiento de los sistemas complejos." Así que ellos proponen
"medir la complejidad de un sistema en términos de información funcional,
que es la información necesaria para codificar una función específica." [5]
El coautor de Explore Evolution (EE),
Stephen C. Meyer, sigue el mismo enfoque, y escribe en un artículo el término
“’información compleja y especificada’(CSI) como un sinónimo de ‘complejidad
especificada’, a fin de ayudar a distinguir a la información biológica
funcional de la mera información de Shannon —es decir, complejidad especificada
de la mera complejidad” [6]. Esta definición propuesta por Meyer de
"complejidad especificada" es útil para describir a la información
biológica funcional. La complejidad especificada es un concepto derivado de la
literatura científica y no un invento de los críticos del neo-Darwinismo. En
1973, Leslie Orgel, un científico que se avocó al estudio del origen de la
vida, definió a la complejidad especificada como la marca de la complejidad biológica:
De esta manera, Orgel rescata el hecho de que la complejidad especificada, o CSI, requiere de una secuencia improbable y un ordenamiento especificado. La complejidad especificada es una medida más excelente de la complejidad biológica que la información de Shannon, un punto que el NSCE resiste a aceptar, ya que por medio de procesos darwinianos es mucho más difícil generar complejidad especificada que complejidad Shannon.
Los organismos vivientes se distinguen por su complejidad especificada. Los cristales como el granito no califican como vivientes debido a su carencia de complejidad; mezclas azarosas de polímeros tampoco califican, por su falta de especificidad [7]
De esta manera, Orgel rescata el hecho de que la complejidad especificada, o CSI, requiere de una secuencia improbable y un ordenamiento especificado. La complejidad especificada es una medida más excelente de la complejidad biológica que la información de Shannon, un punto que el NSCE resiste a aceptar, ya que por medio de procesos darwinianos es mucho más difícil generar complejidad especificada que complejidad Shannon.
Al plantear que la información de Shannon es el único “sentido que los teóricos de la
información le dan a ‘información’, el NSCE evade las cuestiones más difíciles
como la forma en que la información se vuelve funcional en los sistemas
biológicos, o según sus propias palabras, "útil". En lugar de ello,
el NCSE parece más interesado en abordar cuestiones triviales simplistas como
la forma en que se podría añadir caracteres adicionales en una secuencia, o
duplicar una secuencia, sin tener en cuenta la pregunta más importante: si esos
caracteres adicionales transmiten un mensaje funcional novedoso. Como la
biología está constituida en sus bases por información funcional, Explore Evolution le da relevancia a lo
más importante: ¿Explica realmente el neo-Darwinismo cómo es que emerge la información
biológica novedosa?
La analogía del lenguaje de
computadora
Mas que
CSI o FSC, Explore Evolution define a
la información biológica comparándola a un código funcional de computadora:
Una buena parte de la información que se necesita para construir un organismo (con sus rasgos variados) es almacenada en la molécula de ADN. Algunos científicos se refieren a esta información como “instructivo de montaje” o “programa genético”. Al igual que un programa de computadora, el ADN contiene el equivalente biológico de líneas de código de computadora. El zoólogo evolucionista Richard Dawkins afirma, “La maquinaria codificadora de los genes es, de forma misteriosa, similar a una computadora”. (Explore Evolution, p. 94)
Esta presentación que hace Explore
Evolution de la información biológica como “el equivalente biológico de
líneas de código de computadora” no solo es adecuada, sino que parece
enteramente apropiada para impartirles a los estudiantes una visión de la
naturaleza de la información biológica funcional. Muchas autoridades en la
cuestión han comparado la información biológica con un código de computadora,
particularmente en lo que respecta al hecho de que la información biológica
cambiante requiere la adición de nuevas líneas de código funcional y
componentes del programa que interactúen apropiadamente. No solo Richard
Dawkins hace la comparación entre el ADN y las computadoras o lenguajes
codificados, sino que existen una cantidad de autoridades científicas que han
hecho lo mismo en publicaciones revisadas.
Hubert
Yockey escribe en Journal of Theoretical
Biology que la comparación entre la información biológica que tiene una
secuencia específica y el lenguaje de computadora no es solo una mera analogía;
tanto el ADN como el lenguaje informático son “matemáticamente idénticos”:
[La conservación de los fenómenos bioquímicos a lo largo de la vida] y la universalidad del código genético le hacen creer a uno que la vida en la tierra ha tenido un comienzo y un programa básico de mensajes genéticos (usando una analogía informática) originados a fin de traer a la existencia algún organismo primitivo, denominado, el protobionte. La unidad bioquímica de este programa básico ha sido retenida a lo largo de la evolución, en algunos casos con una ligera modificación en el que se han agregado algunos subprogramas nuevos. […] En el trabajo siguiente hemos recurrido a ilustrar nuestros puntos referenciando por las propiedades del lenguaje. Es importante entender que no estamos razonando a través de una analogía. La hipótesis de la secuencia puede ser aplicada directamente a las proteínas y al texto genético como también al lenguaje escrito, de allí que son matemáticamente idénticos. […] Las “propiedades de los aminoácidos”, los cuales producen las primeras biomoléculas de información, meramente jugarían un rol de gramática, o de reglas de ortografía, etc. en un lenguaje ordinario. La gramática y la ortografía son autónomas e independientes del significado, por lo que es claro que es imposible que el genoma del protobionte haya surgido de una “sopa primitiva” de esta forma [un escenario de autoorganización] [8]
En una
publicación en la revista Acta
Biotheoretica el biólogo Richard Sternberg ofrece una extensa y detallada
comparación entre la capacidad celular de procesar información y la
computación. Stemberg hace la observación de que el código genético es similar
a un código informático que contiene la siguientes propiedades: “Redundancia, capacidad
de resaltar errores, flexibilidad semántica y simbólica, rendimiento versátil, múltiple
practicidad, y edición de texto” [9]. Continúa Sternberg:
El uso más común que se le da al término código es uno muy consonante con la noción de un “programa genético” —el lenguaje de la programación informática es similar en el sentido de que los datos y las instrucciones también se encuentran incorporados al mismo. Con frecuencia se dice que las ORFs constituyen el texto simbólico para los productos génicos y las interacciones de los últimos, y en este sentido nos referimos al genoma como un software. [10]
Asimismo,
un paper de Cell Biology International
sugiere que estudiar genes es como estudiar computadoras:
Los genes y las redes emergentes de genes representan la programación. Estos algoritmos se encuentran ya escritos en un sistema operador y ambiente preexistentes. Al igual que en la ciencia de la computación, este lenguaje es usado por el programador. No solo debemos encontrar modelos que respondan a programaciones genéticas específicas, sino que también debemos encontrar aquel que responda para el sistema operador genético. […] La complejidad algorítmica de la vida pone a nuestras mejores computadoras en ridículo. [11]
En la
revista Chaos, Solitons and Fractals otro
biólogo escribe que, “Las funciones biológicas y los sistemas de señal
recuerdan a la complejidad de los programas de computadora” [12]. Nos damos
cuenta que el NSCE está injustificado en su afirmación de que Explore Evolution hace “una analogía forzada”, al tomar conocimiento
del pensamiento de autoridades como Dawkins, y de aquellos artículos que
comparan al funcionamiento del código genético con las computadoras.
Según el
NCSE:
En la teoría de la información, cualquier sonido al azar aumenta de manera real la cantidad de información que está siendo transmitida. Si esa información es útil o no para el oyente es una cuestión aparte. A menudo tenemos mucha expectación con respecto a la información que está siendo transmitida a través de una línea telefónica, tal que un simple estancamiento de la línea reduciría la cantidad de información que esperamos recibir.
El
comentario de arriba cierra perfectamente con la definición estándar de información
de Shannon, no obstante el NCSE está errado al sugerir que este es el único modo de definir información. Por
otro lado, esta cita del NCSE también revela un punto muy importante: que tal
definición de información no es buena a la hora de determinar “si esa
información es útil”.
Definición de información nueva o novedosa
El NCSE estaría
más inclinado a definir “información nueva” como el mero copiado o duplicado de
una porción pre-existente de ADN, incluso si esta nueva copia no consiste
realmente de algo nuevo, o tal vez
incluso cuando el ADN nuevo no realice ningún trabajo. En contraste, los
proponentes del diseño inteligente definirían “información nueva” como una
porción nueva de ADN que realiza realmente alguna función nueva, útil y
diferente. Por ejemplo, considérese la siguiente secuencia:
DUPLICARESTACADENANOPRODUCEINOFMACIONNUEVA
Esta
secuencia contiene 42 caracteres ó 197 bits de información de Shannon. Ahora
considérese la longitud de la secuencia siguiente:
DUPLICARESTACADENANOPRODUCEINOFMACIONNUEVADUPLICARESTACADENANOPRODUCEINOFMACIONNUEVA
Este
procedimiento consistió solo en la adición de 42 caracteres “nuevos”, pero no
se produjo información novedosa. Asumiendo que no existió forma de predecir con
anticipación de que la primera secuencia sería duplicada como lo fue, la
cantidad de información de Shannon ha sido duplicada, pero la cantidad de CSI
no ha incrementado ni un solo bit (literalmente).
El ejemplo
de arriba es obviamente análogo al mecanismo evolutivo de la duplicación
génica, el cual los evolucionistas citan comúnmente como mecanismo por el que
los procesos Darwinianos pueden producir información nueva. Pero la información
nueva no se genera por un proceso de duplicación hasta que las mutaciones
cambien al gen lo suficiente como para generar una función nueva. Haciendo
referencia a esto, Michael Egnor, profesor de neurocirugía, le respondía a un
biólogo evolucionista:
La duplicación génica no se presta a ser tomada seriamente. Si usted considera a una copia como un ejemplo de información nueva, estaría fomentando el plagio en sus clases. Todo lo que sus estudiantes malandrines tendrían que decir es ‘esto es similar a la duplicación génica. El plagio es información nueva’ — ¡eso es lo que usted afirma en su blog’! [13]
En efecto,
las explicaciones evolucionistas no pueden simplemente basarse en la
duplicación; debe existir duplicación seguida de reclutamiento de funciones
nuevas. Meramente duplicar una secuencia no produce información funcional
nueva. [14]
Esta es la primera sección de una serie sobre la evolución de los genes, escrita por Casey Luskin. Para continuar con la parte 2, haz Click Aqui.
Esta es la primera sección de una serie sobre la evolución de los genes, escrita por Casey Luskin. Para continuar con la parte 2, haz Click Aqui.
Autor: Casey Luskin. Es abogado, con estudios de postgrado en ciencia y leyes. Obtuvo su B.S. y M.S. en Ciencias de la Tierra de la Universidad de California en San Diego. Su Licenciatura en Derecho la obtuvo en la misma universidad. Trabaja en el Discovery Institute como Coordinador del Center for Science and Culture. Anteriormente, realizó una investigación geológica en la Scripps Institution for Oceanography (1997-2002).
Traducción: Daniel Alonso. Estudia Licenciatura Ciencias Biológicas en UNT (Universidad Nacional de Tucumán), Argentina.
REFERENCIAS:
[1] Para este cálculo se han considerado las 26 letras del alfabeto inglés,
y como se ve en la secuencia, no se tienen en cuenta los espacios.
[2] La secuencia B ha sido producida a través de un generador de
caracteres aleatorios que puede encontrarse en la página Random.org.
[3] Jack W. Szostak, "Molecular messages," Nature,
Vol. 423:689 (June 12, 2003).
[4] Kirk K. Durston, David K. Y. Chiu, David L. Abel, Jack T. Trevors,
"Measuring the functional sequence complexity of proteins," Theoretical
Biology and Medical Modelling, Vol. 4:47 (2007) (las referencias internas
han sido removidas).
[5] Robert M. Hazen, Patrick L. Griffin, James M. Carothers, y Jack W.
Szostak, "Functional information and the emergence of
biocomplexity," Proceedings of the National Academy of Sciences,
USA, Vol. 104:8574--8581 (May 15, 2007).
[6] Stephen C. Meyer, "The origin of biological information and
the higher taxonomic categories," Proceedings of the Biological Society
of Washington, Vol. 117(2):213-239 (2004).
[7] Leslie E. Orgel, The Origins of Life: Molecules and
Natural Selection, pg. 189 (Chapman & Hall: London, 1973).
[8] Hubert P. Yockey,
"Self Organization Origin of Life Scenarios and Information Theory," Journal
of Theoretical Biology, Vol. 91:13-31 (1981).
[9] Richard Sternberg, "DNA Codes and Information: Formal
Structures and Relational Causes,"Acta Biotheoretica, Vol.
56(3):205-32 (Septiembre, 2008).
[10] Id.
[11] Jack T. Trevors and David L. Abel, "Chance and necessity do
not explain the origin of life," Cell Biology International,
Vol. 28: 729-739 (2004).
[12] Øyvind Albert Voie, "Biological function and the genetic
code are interdependent," Chaos, Solitons and Fractals, Vol.
28(4): 1000-1004 (2006).
[13] Comentario de Michael Egnor at http://scienceblogs.com/pharyngula/2007/02/dr_michael_egnor_challenges_ev.php#comment-349555 (February
20, 2007).
[14] Como se sugiere en el texto, si uno pudiese predecir qué secuencia
será duplicada, la información de Shannon no aumentará luego de la duplicación,
y en este caso no habrá un incremento de CSI ni de información de Shannon.
2014-02-14
¿Qué, quien, o quienes son los diseñadores? (PARTE II)—Casey Luskin
Vea la parte I haciendo click AQUI
Los proponentes
del diseño inteligente ¿Son abiertos en lo que respecta a su visión personal
del diseñador?
Arriba di razones honestas de por qué el DI no identifica
al diseñador: “mientras
que las estructuras biológicas pueden ser científicamente explicadas vía diseño
inteligente, estas por sí mismas no tienen ninguna forma o modo de describir si
el diseñador es Yahweh, Buda, Yoda, o algún otro tipo de agencia inteligente.”
Desafortunadamente, algunos críticos han malinterpretado este punto al implicar
que los proponentes del diseño inteligente hacen completo silencio acerca de quién
creen que es el diseñador, o que los proponentes del DI niegan la posibilidad
de que el diseñador sea Dios. Este marco incorrecto de concepción ha sido
expresado en el artículo de Barbara Forrest, el cual fue publicado en una
revista de leyes:
“La primera y la segunda generación de creacionistas han estado muy dispuestos a reconocer a quien ellos creen que es el diseñador del mundo. Los proponentes del diseño inteligente, por otro lado, niegan a viva voz que el diseñador inteligente que ellos postulan sea equivalente a Dios, y en sus declaraciones al público en general se reúsan a tomar cualquier posición que tenga que ver con la naturaleza del diseñador del mundo. … Los proponentes del diseño inteligente no son capaces de reconocer al público en general (mucho menos delante de una corte legal) la verdadera identidad de su diseñador inteligente”.
(Matthew J. Brauer, Barbara Forrest, Steven G. Gey, “Is
It Science Yet? : Intelligent Design Creationism and the Constitution,”. Washington
University Law Quarterly, Vol. 83 (1) (2005).
Brauer, Forrest y Gey parecen pasar por alto el hecho de
que los proponentes del DI son extremadamente abiertos al público general en
cuanto a sus visiones de la identidad del diseñador. Increíblemente, las
secciones subsiguientes en el artículo de Forrest et al. incluyen citas en
donde los proponentes del DI hacen declaraciones públicas acerca de sus
visiones de la identidad del diseñador:
- En una cita de Forrest et al., Phillip Johnson escribe
en un conocido libro, Defeating Darwinism by Opening Minds, de que el observa a
“Dios como nuestro verdadero Creador”. (p. 92).
- En una cita de Forrest et al., Paul Nelson (como también el paleontólogo evolucionista
Keith Miller) firmo una declaración pública en la que se reconocía que “Dios es
el creador de todas las cosas”.
- En una cita de Forrest et al., William Dembski declara públicamente, “Como Cristiano, soy
un teísta y creo que Dios creó al mundo”.
- Forrest et al.
admite que “Darwin’s Black Box, de Michael Behe, fue escrita para un público
general” y lo menciona repetidas veces en su artículo, incluso en este libro
tan popular Behe reconoce que es “Católico Romano”. (p. 239).
En otra parte Behe da algunas de las razones (que discutí
previamente) acerca del porqué el DI no identifica al diseñador:
“Muchas personas (entre las cuales me incluyo) atribuirán el diseño a Dios —basado en otro tipo de juicios, y no el científico—, y eso no quiere decir que la evidencia bioquímica nos llevará de forma ineluctable a la conclusión acerca de quien precisamente es el diseñador. De hecho, lo he dicho de forma directa: desde un punto de vista científico, esta pregunta permanece abierta. […] La evidencia bioquímica indica de forma consistente que estamos frente a un diseño, pero no muestra quien o que fue el diseñador”.
Por consiguiente, cuando los proponentes del DI afirman
que el DI no identifica al diseñador, ellos, según Behe “no están comportándose
tímidamente, sino limitándose a … hacer afirmaciones... avaladas por la
evidencia”. En efecto, contrario a lo que plantea Forrest et. al, Behe declaró su punto de vista acerca de esta cuestión
durante el jucio de Kitzmiller tan
pronto como este comenzó:
Pregunta: ¿Es adecuado que las personas afirmen que el
diseño inteligente sostiene que el diseñador es Dios?
Respuesta: No, es completamente inapropiado.
P: Bien, la gente le ha pedido a usted su opinión con
respecto a quien cree usted que es el diseñador ¿Esto es correcto?
R: Eso es cierto.
P: La ciencia ¿Ha respondido esa pregunta?
R: No, la ciencia no lo ha hecho.
P: Creo que en una ocasión usted respondió que usted cree
que el diseñador es Dios, ¿Esto es correcto?
R: Si, esto es correcto.
P: ¿Está haciendo una afirmación científica con esta
respuesta?
R: No. Llego a esta conclusión basándome en factores
teológicos, filosóficos e históricos.
(Michael Behe, Testimonio del 17 de Octubre, Sesión AM)
Vale la pena señalar que no todos los defensores del DI
identifican al diseñador como Dios. Por ejemplo, en 2004 un neurocientifico de
la UCLA, Jeffrey Schwartz, hablo a favor del diseño inteligente, y se
identifico a sí mismo como un “Judio Budista”. El filósofo Antony Flew es otro
ejemplo notable de teórico del DI que no es un teísta tradicional. Tengo otros
colegas del movimiento del DI los cuales son completamente agnósticos acerca de
la identidad del diseñador. Pero para los proponentes del DI que son teístas tradicionales,
como Behe, Nelson, Dembski, o Johnson, la ciencia es un medio de conocimiento,
y como teoría científica, el DI sugiere que la vida ha sido diseñada. Su opinión de que el diseñador es Dios es
algo que ellos creen de todo corazón, pero se trata de una fuente de
conocimiento que no es científica, sino que viene de otras formas de
conocimiento las cuales no tienen nada que ver con nuestra teoría del diseño
inteligente. Sus puntos de vista acerca de la identidad del diseñador son sus
propias creencias religiosas personales y no provienen de la teoría científica de
DI. Phillip Johnson hace perfectamente clara esta distinción:
"Bajo mi punto de vista personal, identifico al diseñador de la vida con el Dios de la Biblia, a pesar de la que teoría del diseño inteligente, como tal, no implica esto."
(Phillip E. Johnson, "Intelligent Design in Biology: the
Current Situation and Future Prospects," Think (The
Royal Institute of Philosophy), 2007)
De hecho, yo también creo que el diseñador es el Dios de
la Biblia, pero esta no es una conclusión de DI, es mi punto de vista religioso
personal que se deriva de factores que no tienen nada que ver con el diseño
inteligente.
Cegados por el
cientificismo
¿Cómo pudieron Forrest, Gey y Brauer pasar por alto a
estas refutaciones obvias de su afirmación de que los proponentes del DI
"vociferantemente niegan que el diseñador inteligente es equivalente a
Dios"? Trataré de dar una explicación caritativa.
Forrest et al. comete
este error porque sus autores se adhieren a cientificismo, la opinión de que la
ciencia es la única fuente válida de conocimiento. De hecho Forrest es un
humanista secular que apoya firmemente el cientificismo, escribiendo que cuanto
mayor sea la explicación naturalista, el sobrenaturalismo se volverá menos
probable, y que "la relación entre el naturalismo metodológico y
filosófico, aunque no es una de vinculación lógica, es la única conclusión metafísica
razonable. "
Así que, básicamente, Forrest cree que la ciencia es la
única forma de obtener conocimiento real. Tal vez su cientificismo está tan
profundamente arraigado que ella pensó equivocadamente que todo lo que los
defensores del DI creen acerca el diseñador trae como consecuencia la
conclusión de un diseño inteligente. Tal vez los autores de Forrest et al. no
pueden realizar, de forma consciente, una distinción entre el conocimiento que
proviene de fuentes científicas y el conocimiento que proviene de fuentes no
científicas porque creen que todo conocimiento verdadero debe venir de la
ciencia. En otras palabras, tal vez se olvidaron de que, como Ken Miller
declaró acertadamente en el juicio de Dover, "todo lo que un científico
escribe o dice no es necesariamente una declaración científica o una
publicación científica."
(Testimonio de Kenneth Miller en el juicio de Kitzmiller,
26 de septiembre, sesión AM).
Independientemente de si mi hipótesis llega a explicar el
porqué del error de Forrest, no hay duda de que ha promovido una falsa
conspiración en la que supuestamente los proponentes del DI están tratando de
ocultar sus puntos de vista sobre la identidad del diseñador. Irónicamente,
Forrest et al. utiliza las
declaraciones públicas en las que los defensores del DI afirman su creencia en
Dios, como un intento equivocado de demostrar que el DI es religión. Ellos
quieren que usted crea que el DI es religión porque los proponentes del DI han
declarado públicamente que creen que el diseñador es Dios, y, al mismo tiempo, que
los proponentes del DI deshonestamente niegan que el diseñador es Dios. Su
argumento se contradice, y no puede consistir en ideas contrapuestas.
En resumen:
- DI no aborda cuestiones religiosas acerca de la
identidad del diseñador, y, de hecho, los proponentes del DI tienen diversos
puntos de vista acerca de la identidad del diseñador;
- Los proponentes del DI dan razones honestas acerca del
porqué el DI no identifica al diseñador, derivada de su intención de respetar los
límites de la ciencia y evitar hacer frente a las cuestiones religiosas que van
más allá de lo que puede ser científicamente obtenido a partir de información
empírica;
- Sean teístas tradicionales o no, los proponentes del DI
son totalmente abiertos en cuanto a sus puntos de vista sobre la identidad del
diseñador;
Autor: Casey Luskin. Es abogado, con estudios de postgrado en ciencia y leyes. Obtuvo su B.S. y M.S. en Ciencias de la Tierra de la Universidad de California en San Diego. Su Licenciatura en Derecho la obtuvo en la misma universidad. Trabaja en el Discovery Institute como Coordinador del Center for Science and Culture. Anteriormente, realizó una investigación geológica en la Scripps Institution for Oceanography (1997-2002).
Traducción: Daniel Alonso. Estudia Licenciatura Ciencias Biológicas en UNT (Universidad Nacional de Tucumán), Argentina.
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