2014-08-10

Pandas desconcertantes—William Dembski, Jonathan Wells


El panda gigante y el panda menor, o rojo, ilustran el problema de la distinción entre las estructuras homólogas y análogas. Ambos pandas son nativos de los bosques de bambú del sudoeste de China. Durante más de un siglo, los científicos que estudian a ambos pandas fueron incapaces de ponerse de acuerdo si son miembros de la familia de los osos o de la familia de los mapaches. Desde el primer intento serio para clasificar a estos animales en 1869, más de cuarenta estudios científicos importantes se han publicado sobre el tema. Lo sorprendente es que estos estudios se han dividido casi por la mitad en la cuestión oso/mapache, la mitad concluyendo que son osos, y la otra mitad de que son mapaches. Un científico describe al fracaso del intento de resolver esta cuestión como un "juego de ping pong taxonómico".

Luego, en 1964, Dwight Davis, especialista en anatomía de vertebrados del Museo de Historia Natural en Chicago, publicó lo que pronto llegó a ser ampliamente aceptado como la discusión definitiva sobre el asunto, que finalmente estableció el argumento que conformaría a la mayoría de los biólogos [1]. Davis llegó a la conclusión de que el panda gigante no era un mapache, pero sí un oso, y que el panda rojo no era un oso, ¡pero sí un mapache! Más recientemente, los datos bioquímicos han ampliado la lista de similitudes entre el panda gigante y los otros osos.

¿Pero por qué se convencieron los biólogos durante tanto tiempo que los dos pandas eran familiares próximos, tanto que los ubicaron en la misma familia? Una razón es geográfica. Si el panda rojo es un mapache y el panda gigante un oso, el panda rojo es el único mapache fuera del hemisferio occidental. Tener un mapache solitario varado en China les soplaba a muchos biólogos como algo poco plausible. Más plausible era pensar que ni el panda gigante ni el panda rojo eran mapaches, o que ambos lo eran.

Además de que reside en la misma zona geográfica, el panda gigante y el panda rojo comparten un impresionante número de rasgos físicos y de comportamiento. Por ejemplo, el hocico de cada uno es similar en forma, como lo son sus mandíbulas superiores—figura 5.8. Observe cuan acortadas son las bocas de ambos en comparación con la del oso polar y cómo los huesos de la mandíbula se ensanchan drásticamente hacia la parte posterior de la cabeza. Ambos pandas también tienen dientes premolares muy desarrollados y potentes músculos de maceración que trabajan en coordinación con estos rasgos.


 Estas similitudes son evidentes para los observadores casuales, pero otras no lo son. Los dos pandas son diferentes de otros osos en el hecho de que comparten varias características sutiles. Por ejemplo, el estómago, aparato digestivo, y el hígado son similares y difieren significativamente de los de otros osos. Los evolucionistas consideran la dieta de bambú compartida de los dos pandas como responsable, al menos en parte, de esta convergencia. Pero la historia no termina ahí. Genéticamente, el panda gigante tiene mucho en común con los otros osos; sin embargo, sólo tiene cuarenta y dos cromosomas, encontrándose más cerca del panda rojo que tiene treinta y seis, que de la mayoría de los osos los cuales tienen setenta y cuatro.

Entre los biólogos, el panda gigante es mejor conocido por su "pulgar", que le da una destreza que no se encuentra entre los otros osos. Esta estructura funciona como un pulgar oponible, a pesar de que no es un verdadero pulgar y sólo es parcialmente oponible (véanse los gráficos 5.9 y 5.10). En realidad, se trata de un hueso agrandado de la muñeca del panda, conocido como el radial sesamoideo. El cúmulo de huesos de la muñeca del panda funcionan juntos sin problemas, muchos de ellos operando superficie a superficie, durante de todos los tipos de manipulaciones de la extremidad —apertura, cierre, giros, golpes con fuerza, etc.  El panda gigante en lo que tiene que ver con la manipulación y extracción de bambú es realmente sorprendente. Esta actividad consume una parte importante de su día, y su largo radial sesamoideo es la clave de su éxito en esta actividad.




Al igual que el panda gigante, el panda rojo también tiene un largo hueso radial sesamoideo que utiliza para manejar al bambú, aunque el pulgar del panda rojo no es uno muy prominente como el del panda gigante. No sólo estas estructuras son similares en los dos pandas, sino que también lo son sus estructuras de apoyo. Por ejemplo, la forma especial en la que el tendón del músculo abductor encaja en el hueso sesamoideo radial es la misma en ambos pandas, como también lo es la superficie de trabajo en el grupo de huesos de la muñeca. Además, el panda rojo y el panda gigante tienen muchas características de comportamiento similares. Por ejemplo, a diferencia de la mayoría de los otros osos, ninguno hiberna.

Los dos pandas comparten una impresionante lista de características que, en vista de ello, proporcionan una evidencia convincente de su ascendencia común. De hecho, los biólogos pensaban inicialmente a estas similitudes detalladas como homologías las cuales se interpretan como el resultado de compartir un ancestro común, y clasificaban a los pandas juntos en una misma familia. Pero supongamos que aceptamos la opinión que predomina actualmente entre los biólogos, es decir, que los dos pandas pertenecen a diferentes familias y que las características únicas que comparten no son homólogas, sino más bien ejemplos análogos de evolución convergente. Esto significa que los dos pandas no recibieron estas características por herencia de sus respectivas familias ancestrales, y que una estructura tan peculiar como el pulgar del panda (el radial sesamoideo alargado) se desarrolló dos veces a partir de cero. Las coincidencias como esta (y hay muchas en el mundo de los seres vivos) plantean la pregunta sobre si las características similares siempre proporcionan información fiable sobre las relaciones evolutivas.

Autores: 

- William Dembski -Tiene un Ph.D. en filosofía (Universidad de Illions en Chicago) y un Ph.D. en matematica (Universidad de Chicago). Es uno de los principales teóricos del Diseño Inteligente y ha escrito varios libros sobre la temática. Es autor del primer libro del Diseño Inteligente publicado por una editorial universitaria renombrada:The Design Inference: Elimitating Chance Through Small Probabilities. (Cambridge University Press, 1998). Es investigador del Discovery Institute.


- Jonathan Wells - Tiene un Ph.D. en biología celular y molecular de la Universidad de California en Berkeley. Actualmente es uno de los principales investigadores del Discovery Institute.

Traductor: Daniel Alonso - Estudia Licenciatura en Ciencias Biológicas en la UNT, Argentina.

De: Dembski, W.; Wells J. (2008) the Design of Life: Discovering Signs of Intelligence in Biological Systems, The Foundation for Thought and Ethics, Dallas, p. 120-123.


REFERENCIAS:

 [1] D. D. Davis, The Giant Panda: A Morphological Study of Evolutionary Mechanisms (Chicago: Field Museum of Natural History, 1964).


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