Uno de los cargos contra el diseño
inteligente (DI) se relaciona a su supuesta falta de rigurosidad científica por
no tener algún mecanismo al cual recurrir para hacer predicciones o para
aplicar al desarrollo de la investigación científica. Consecuentemente, el no
tener un mecanismo el DI no se presta a la falsificación, y de acuerdo al
criterio de Popper, no califica como ciencia. Bien, el DI no tiene mecanismo.
¿Pero, es ciencia?
Isaac Newton, reconocido como el padre de la
mecánica clásica, describió la ley de gravitación universal sin recurso al
mecanismo de la misma, admitiendo:
“Hasta ahora he explicado los fenómenos de los cielos y de nuestro mar por la fuerza de gravedad, pero aún no he asignado a una causa a la gravedad.”
Aun, los mecanicistas del pasado como Isaac
Newton no tomaban a los mecanismos mismos como algo independiente de un
diseñador. Ellos sostenían la idea de que la naturaleza fue dotada con leyes y
una orden por un ser inteligente:
“El sistema más bello del sol, planetas y cometas sólo podría proceder del juicio y dominio de un ser inteligente. Toda la variedad de objetos creados que representan el orden y la vida en el universo podría pasar sólo por el razonamiento deliberado de su creador original…”
La cosmovisión de los teóricos del diseño
inteligente es similar a la de Newton, pero más moderna. Ellos proponen que el
universo fue dotado con leyes ajustadas para permitir la vida, y sostienen que
es posible distinguir patrones que implican al diseño intencional de aquellos
que se forman a través de algún mecanismo. Las aportaciones científicas de sus
propugnadores provienen de varios campos, así que los datos permiten hacer
inferencias de diseño utilizando más de un tipo de razonamiento.
Efectivamente, la ciencia trabaja con varios
criterios epistemológicos que delinean para nosotros el margen de lo que se
puede inferir de los datos. Para ilustrar mi punto seguiré con tres procesos de
razonamiento filosófico-científico:
En la ciencia, cada tipo de razonamiento es
válido, aunque la conclusión no necesariamente lo sea. Este punto tiene que ver
con los tipos de datos que se presentan para inferir alguna conclusión. Por
ejemplo, la ciencia forense no determina sus conclusiones a través de un
mecanismo o propiedad en el objeto bajo investigación, sino en la evidencia
empírica que señala alguna clave (“datos proxy”), que en conjunto de otras
claves se infiere o construye una hipótesis. Así, los científicos del la teoría
del diseño inteligente hacen uso de varias claves o rasgos indicativos de
alguna acción deliberada para inferir que la “apariencia” de diseño es
realmente intencional y no el producto del azar o necesidad. Esta inferencia es
abductiva porque los eventos bajo investigación se comparan como eventos
antepasados cuyos efectos son idénticos al presente, y por lo tanto, la
inferencia a la mejor explicación.
Regla: La información prescriptiva solo
proviene de agentes inteligentes
Caso: La vida contiene información biológica que es prescriptiva
Abducción: La información biológica proviene de algún agente inteligente
Caso: La vida contiene información biológica que es prescriptiva
Abducción: La información biológica proviene de algún agente inteligente
Es importante notar, sin embargo, que la
ciencia forense no solo depende de eventos que ya ocurrieron. La ciencia
forense, tanto como otros tipos de ciencia histórica puede evaluar sus
conclusiones reconstruyendo el evento bajo investigación. Es decir, utilizando
razonamiento deductivo. El DI, como teoría, investiga patrones complejos en la
naturaleza tomando en cuenta la presencia de un fondo de leyes y propiedades
fisicoquímicas. La pregunta que se dirime de tales investigaciones es de que
manera, si la hay, los mecanismos iluminan un trayecto de formación totalmente
independiente del diseño intencional. Tomando algo del criterio de Darwin,
reclamo: “Si se pudiese demostrar que existió un órgano
complejo que pudo haber sido formado por modificaciones pequeñas, numerosas y
sucesivas, la teoría del DI se destruiría por completo; pero no puedo encontrar ningún caso de esta clase.”
Claro, comprobar la ausencia de un mecanismo
no comprueba al diseño intencional, por el contrario la presencia de un
mecanismo si comprueba que no es necesario postular al diseño intencional. El
diseño inteligente se teoriza sobre los rastros de acción deliberada, no a
través de un mecanismo, sino a través de una acción consciente. Así, el designio, como en cualquier otra acción deliberada, no
hace uso de mecanismos (aunque se desarrolle entre ellos) para llevar a cabo su
forma final. Más claro, cuando un agente inteligente actúa en la naturaleza,
actúa en conjunto a las leyes que gobiernan a nuestro universo, y además, sus
actos (diseños) se manifiestan como discontinuidades entre los procesos
naturales en los cuales actúan. Así, lo que distingue al diseño inteligente de
algún mecanismo es la arbitrariedad de las formas/patrones cuya estructura
sirve a algún propósito final, no por alguna afinidad o ley sino por intención.
Igualmente, el diseño intencional no puede trabajar independiente de lo
material o de las leyes naturales, excepto en el curso de una instauración
inicial en un vacío (tal como se plantea sobre el del origen del universo),
porque el diseño se impone a la materia en la presencia de las leyes que la
sostiene.
Ahora, un mecanismo se define como una
técnica, proceso o sistema que logra algún resultado. Así, al explicar
fenómenos naturales, se puede decir que el “mecanicismo” se utiliza como la
doctrina materialista que sostiene que todo el universo está mecánicamente decidido
a través de sus propiedades que, teóricamente, ofrecen una explicación completa
de todo lo que existe.
“Podemos mirar el estado presente del universo como el efecto del pasado y la causa de su futuro. Se podría concebir un intelecto que en cualquier momento dado conociera todas las fuerzas que animan la naturaleza y las posiciones de los seres que la componen; si este intelecto fuera lo suficientemente vasto como para someter los datos a análisis, podría condensar en una simple fórmula el movimiento de los grandes cuerpos del universo y del átomo más ligero; para tal intelecto nada podría ser incierto y el futuro así como el pasado estarían frente sus ojos.”
Pierre Simon Laplace, Un ensayo filosófico sobre las probabilidades
Claro, los mecanismos no desasen por completo
alguna inferencia de diseño intencional, solo que hacen superflua cualquier
explicación que se extiende a tales inferencias. Es decir, si un agente
inteligente utilizó un mecanismo, no importaría que tan evidente hiciera la
presencia del diseño si el mecanismo ocupa el lugar del diseñador. Por esto, yo
opino que sería un error tratar de atribuir algún mecanismo a la teoría del
diseño inteligente. Como ya he dicho, un agente inteligente no necesita de
algún mecanismo como instrumento para diseñar, solo requiere el extenso
conocimiento de ingeniería y los materiales con que trabajar.
La evidencia que respalda a
la inferencia del diseño inteligente es abrumadora. La especificación (criterio
de Dembski) y la complejidad irreducible (criterio de Behe) son formas de
arbitrariedad que son comunes en la naturaleza. Como ejemplo, el ADN no tiene
ningún enlace químico entre las bases a lo largo del eje longitudinal en el
centro de la hélice, precisamente donde la información se almacena y se lee.
Este tipo de arbitrariedad informática no depende de alguna afinidad, ley, o
contingencia. La información codificada en el ADN tampoco se presenta como una
regularidad como se ve en cristales u otro tipo de estructuras simétricas. La
información es especificada porque produce una función no provocada por las
propiedades que contiene. Indiscutiblemente, esto implica que la información
biológica no es de origen aleatorio o por necesidad, sino el producto de un agente
inteligente.
Otro ejemplo es el del flagelo bi-direccional
bacteriano cuyo ensamblaje de partes proteicas (rotor, estator, cojinete, etc.)
no depende de una afinidad entre las partes mismas. El flagelo, es literalmente
arbitrario en su estructura funcional. Las características del flagelo
bacteriano incluyen: 1.) Auto ensamblaje y reparación 2.) Motor rotativo con
refrigeración de agua 3.) Unidad de sistema con fuerza protónica 4.) Cambios
hacia delante y hacia atrás 5.) Velocidad de 100.000 rpm 6.) Reversión de
capacidad dentro de 1/4 de vuelta 7.) Sistema de transducción de señal de cable
con memoria de corto plazo.
En mi siguiente entrada tratare de presentar
los varios mecanismos que se dicen tener la capacidad de producir tal
complejidad.
Autor: Mario A. Lopez. Es presidente de
la OACDI (Organización para el Avance Científico del Diseño Inteligente —
http://www.oiacdi.org/). Es uno de los
investigadores de habla hispana más consagrados a la difusión del programa del
diseño inteligente en su propio idioma, facilitando traducciones, e incluso artículos
y diversos libros de su propia autoría. Con la colaboración de sus colegas
(entre ellos matemáticos, bioquímicos y médicos) ha
publicado entre otras obras: Evolucionismo y Conocimiento Racional:
Elementos de Estructuras Funcionales, y Diseño Inteligente:
Hacia Un Nuevo Paradigma Científico. Actualmente traduce y
escribe para Darwin o DI — http://www.darwinodi.com/.
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