La
complejidad irreductible provee evidencia no solo en contra de la evolución
Darwiniana sino también a favor del diseño inteligente. No obstante, la
complejidad irreductible necesita ser complementada con alguna otra forma de
complejidad, si deseamos convertirla en una herramienta analítica precisa para
detectar diseño en los sistemas biológicos. Es frecuente que, cuando actúa un
agente inteligente, este deja atrás una marca de identificación que señala
claramente su inteligencia. Esta marca de la inteligencia se conoce como
complejidad especificada. Me imagino a la complejidad especificada como una
huella digital o firma que identifica positivamente la actividad de una
inteligencia. A diferencia de la complejidad irreductible, que es una noción
cualitativa, la complejidad especificada puede ser cuantificada y cae dentro la
teoría matemática de la probabilidad y la información (1). La conexión entre
las dos formas de complejidad es esta: los sistemas irreduciblemente complejos
pueden, bajo ciertas circunstancias, exhibir complejidad especificada.
Pero
¿Qué es exactamente la complejidad especificada? Un objeto, evento o estructura
exhibe complejidad especificada si es tanto complejo (esto quiere decir que no
sea fácilmente reproducible por el azar) como especificado (que despliega un
patrón dado de forma independiente). Ni la complejidad ni la especificación son
por sí mismas suficientes para implicar una inteligencia. Por ejemplo, una secuencia
de piezas del Scrabble ordenadas al azar es compleja sin que sea especificada.
Recíprocamente, una secuencia que repite la misma palabra y esta palabra es
corta, es especificada sin que sea compleja. En ninguno de los casos se
requiere a una inteligencia para explicar estas secuencias. Por otro lado, la
secuencia de un texto significativo es tanto compleja como especificada. Esta
explicación requiere una inteligencia.
Un
ejemplo memorable de complejidad especificada proviene de la famosa novela del
astrónomo Carl Sagan, titulada Contact
(1985) (la cual posteriormente fue convertida en una película protagonizada por
Jodie Foster). En esta novela, radioastrónomos que trabajaban en el SETI
(Busqueda de Inteligencia Extraterrestre) descubrieron una larga secuencia de
números primos provenientes del espacio exterior. Como la secuencia es larga,
es difícil de reproducir por azar y, por consiguiente, compleja. Además, como
la secuencia es matemáticamente significativa, esta puede estar caracterizada
independientemente de los procesos físicos que la trajeron a la existencia.
Como consecuencia, cuando en Contact
los investigadores del SETI observaron complejidad especificada en esta
secuencia de números, ellos tuvieron evidencia convincente de inteligencia
extraterrestre. En la vida real los investigadores del SETI han fallado en
detectar señales inteligentes del espacio exterior. Sin embargo, el punto a
tener en cuenta es que Sagan sentó las bases de un método para la detección de
diseño, el cual fue llevado a la práctica por los investigadores ficticios del
SETI.
En
muchas ramas de la ciencia ya se emplea a la complejidad especificada como una
marca de la inteligencia —por ejemplo, en la ciencia forense, criptografía, generación
aleatoria de números, arqueología, y la búsqueda de inteligencia
extraterrestre. Los teóricos del diseño se apropian de esta seña o marca, y la
aplican a los sistemas naturales (2). Cuando lo hacen, ellos afirman encontrar
que ciertas maquinas moleculares irreduciblemente complejas exhiben complejidad
especificada y por consiguiente son el producto de una inteligencia. El
propósito de esta serie será examinar y demostrar esta afirmación.
Autores: William Dembski -Tiene
un Ph.D. en filosofía (Universidad de Illions en Chicago) y un Ph.D. en
matematica (Universidad de Chicago). Es uno de los principales teóricos
del Diseño Inteligente y ha escrito varios libros sobre la temática. Es
autor del primer libro del Diseño Inteligente publicado por una editorial
universitaria renombrada:The Design Inference: Elimitating Chance Through
Small Probabilities. (Cambridge University Press, 1998). Es investigador
del Discovery Institute.
Jonathan Wells - Tiene un Ph.D. en biología celular y
molecular de la Universidad de California en Berkeley. Actualmente es uno de
los principales investigadores del Discovery Institute.
Traductor: Daniel Alonso - Estudia
Licenciatura en Ciencias Biológicas en la UNT, Argentina.
De: Dembski, W.; Wells J. (2008) the
Design of Life: Discovering Signs of Intelligence in Biological Systems,
The Foundation for Thought and Ethics, Dallas, p. 165-168.
REFERENCIAS:
(1) Vea,
por ejemplo, los capítulos 2 y 3 de No Free Lunch: Why Specified Complexity Cannot
Be Purchased Without Intelligence de William Dembski (Lanham, Md.: Rowman and Littlefield, 2002).
(2) Vea Debating Design: From Darwin to DNA de William Dembski y Michael Ruse
(Cambridge: Cambridge University Press, 2004), part IV.
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