2013-03-09

La Marca de la Inteligencia —William Dembski, Jonathan Wells


La complejidad irreductible provee evidencia no solo en contra de la evolución Darwiniana sino también a favor del diseño inteligente. No obstante, la complejidad irreductible necesita ser complementada con alguna otra forma de complejidad, si deseamos convertirla en una herramienta analítica precisa para detectar diseño en los sistemas biológicos. Es frecuente que, cuando actúa un agente inteligente, este deja atrás una marca de identificación que señala claramente su inteligencia. Esta marca de la inteligencia se conoce como complejidad especificada. Me imagino a la complejidad especificada como una huella digital o firma que identifica positivamente la actividad de una inteligencia. A diferencia de la complejidad irreductible, que es una noción cualitativa, la complejidad especificada puede ser cuantificada y cae dentro la teoría matemática de la probabilidad y la información (1). La conexión entre las dos formas de complejidad es esta: los sistemas irreduciblemente complejos pueden, bajo ciertas circunstancias, exhibir complejidad especificada. 

Pero ¿Qué es exactamente la complejidad especificada? Un objeto, evento o estructura exhibe complejidad especificada si es tanto complejo (esto quiere decir que no sea fácilmente reproducible por el azar) como especificado (que despliega un patrón dado de forma independiente). Ni la complejidad ni la especificación son por sí mismas suficientes para implicar una inteligencia. Por ejemplo, una secuencia de piezas del Scrabble ordenadas al azar es compleja sin que sea especificada. Recíprocamente, una secuencia que repite la misma palabra y esta palabra es corta, es especificada sin que sea compleja. En ninguno de los casos se requiere a una inteligencia para explicar estas secuencias. Por otro lado, la secuencia de un texto significativo es tanto compleja como especificada. Esta explicación requiere una inteligencia.


 Un ejemplo memorable de complejidad especificada proviene de la famosa novela del astrónomo Carl Sagan, titulada Contact (1985) (la cual posteriormente fue convertida en una película protagonizada por Jodie Foster). En esta novela, radioastrónomos que trabajaban en el SETI (Busqueda de Inteligencia Extraterrestre) descubrieron una larga secuencia de números primos provenientes del espacio exterior. Como la secuencia es larga, es difícil de reproducir por azar y, por consiguiente, compleja. Además, como la secuencia es matemáticamente significativa, esta puede estar caracterizada independientemente de los procesos físicos que la trajeron a la existencia. Como consecuencia, cuando en Contact los investigadores del SETI observaron complejidad especificada en esta secuencia de números, ellos tuvieron evidencia convincente de inteligencia extraterrestre. En la vida real los investigadores del SETI han fallado en detectar señales inteligentes del espacio exterior. Sin embargo, el punto a tener en cuenta es que Sagan sentó las bases de un método para la detección de diseño, el cual fue llevado a la práctica por los investigadores ficticios del SETI.

En muchas ramas de la ciencia ya se emplea a la complejidad especificada como una marca de la inteligencia —por ejemplo, en la ciencia forense, criptografía, generación aleatoria de números, arqueología, y la búsqueda de inteligencia extraterrestre. Los teóricos del diseño se apropian de esta seña o marca, y la aplican a los sistemas naturales (2). Cuando lo hacen, ellos afirman encontrar que ciertas maquinas moleculares irreduciblemente complejas exhiben complejidad especificada y por consiguiente son el producto de una inteligencia. El propósito de esta serie será examinar y demostrar esta afirmación.

Autores: William Dembski -Tiene un Ph.D. en filosofía (Universidad de Illions en Chicago) y un Ph.D. en matematica (Universidad de Chicago). Es uno de los principales teóricos del Diseño Inteligente y ha escrito varios libros sobre la temática. Es autor del primer libro del Diseño Inteligente publicado por una editorial universitaria renombrada:The Design Inference: Elimitating Chance Through Small Probabilities. (Cambridge University Press, 1998). Es investigador del Discovery Institute.

Jonathan Wells - Tiene un Ph.D. en biología celular y molecular de la Universidad de California en Berkeley. Actualmente es uno de los principales investigadores del Discovery Institute.

Traductor: Daniel Alonso - Estudia Licenciatura en Ciencias Biológicas en la UNT, Argentina.

De: Dembski, W.; Wells J. (2008) the Design of Life: Discovering Signs of Intelligence in Biological Systems, The Foundation for Thought and Ethics, Dallas, p. 165-168.


REFERENCIAS:

(1) Vea, por ejemplo, los capítulos 2 y 3 de No Free Lunch: Why Specified Complexity Cannot Be Purchased Without Intelligence de William Dembski (Lanham, Md.: Rowman and Littlefield, 2002).

(2) Vea Debating Design: From Darwin to DNA de William Dembski y Michael Ruse (Cambridge: Cambridge University Press, 2004), part IV



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